Los vecinos dicen que el alquiler pasó de entre 100 y 350 euros a 800 con el fondo buitre y hablamos con Teresa Sarmiento, de 68 años, que ve llegar la fecha en que tendrá que marcharse: “no quieren hablar con nosotros, dicen que esto no es un edificio para pobres, es para ricos, el barrio ha cambiado mucho”.