Los aparatos que utilizan los ladrones para entrar en las casas: cizallas, inhibidores y balizas de seguimiento

Muchos futbolistas han sido asaltados en los últimos meses por ladrones que se han colado en sus casas, incluso cuando ellos estaban dentro, como le ocurrió al jugador del Barcelona Aubameyang. Los cacos son cada vez más profesionales y utilizan una gran variedad de utensilios para lograr su objetivo. José Jiménez Planelles, instructor y experto en armamento ligero, nos los ha mostrado en ‘Horizonte’.

El experto nos ha mostrado todo tipo de utensilios, desde herramientas sencillas a aparatos de lo más sofisticados, que son utilizados por los ladrones para vigilar a sus víctimas y colarse en sus hogares. Lo “más básico que usan” son herramientas como la maza, el cortador, las tenazas o la palanqueta, con la que fuerzan las puertas. También recurren a atornilladores, cortacables o martillos.

Para los cerrojos tienen muchas opciones: el método bumping, ganzúas o incluso aparatos que hacen el trabajo por ellos.

Los artilugios más sofisticados

Pero todos esos son los utensilios más básicos. Planelles nos ha detallado otros de lo más complejos, como el estetoscopio electrónico. Se trata de un aparato con el que puedes oír a la perfección lo que ocurre en el interior de una casa. “Estamos en un hotel, están arriba y tenemos que bichearles. Se pone en el techo y vamos a saber cuántos son y las conversaciones que tienen”, ha explicado el experto.

Por otro lado, encontramos un artilugio que es capaz de piratear y acceder a todas las cámaras wifi que tengamos en casa. “Da la frecuencia de todo lo que se emite y se puede grabar”, ha aclarado Planelles. 

Objetos para mafias con alto poder económico

El experto también ha mostrado aparatos que no están al alcance de las mafias normales, sino que solo disponen de ellas los grupos con alto poder económico, como por ejemplo mafias rusas. Entre ellos encontramos detectores de frecuencia, inhibidores y balizas de seguimiento, que se pueden poner debajo de los coches y que incluso tienen micrófonos.

“Todo esto se conjunta con un trabajo de ostentación nunca antes visto”, ha opinado Iker Jiménez, que cree que la víctima le hace gran parte de trabajo al delincuente al publicar sus pasos o lo que posee en las redes sociales.