
La tierna infancia de los granjeros
Esa carita de ángel no podía ser de otro: Gustavo. Está claro que esa cara de buenazo le ha acompañado siempre, en la foto le vemos momentos antes de hacer la comunión.

Esa carita de ángel no podía ser de otro: Gustavo. Está claro que esa cara de buenazo le ha acompañado siempre, en la foto le vemos momentos antes de hacer la comunión.

No tenemos dudas, Jonathan en plena adolescencia, debió ser buena pieza, esas media sonrisa le delata

Melendi vivió toda su niñez en el pueblo que le vió nacer y del que se anamoró en seguida, de mayor lo tiene claro: nunca lo abandonará

¡Qué cara de velocidad!. De pequeño la familia de Luis no tenía nada que ver con el campo, fue más crecidito cuando decidió dejarlo todo por la vida en la naturaleza

Román aún guarda un niño en su interior, casi literal, porque años después, conserva la misma cara

Los caballos son la vida de Luis, es su gran pasión. Dejó todo por dedicar su vida al campo, es jinete profesional y aunque se ha visto obligado a retirarse de la competición por una lesión, su sueño es volver a ella.

La relación de Román con los caballos es especial, es un animal que le fascina y por el que siente una pasión única.

Aunque en su pueblo le conocen como "el de las vaquillas", lo cierto es que Gustavo siempre ha llevado del deporte en la sangre. En esta foto le vemos de joven en plena competición

Ya de pequeño apuntaba maneras Melendi, ¡qué porte!. Está claro que en cuestiones de pastoreo, Melendi es una estella

No conocemos los detalles de cómo sería César en el colegio, pero esa cara de bueno, con su libro "amiguitos", nos hace presagiar que debía se rel ojito derecho de la "seño".

La afición por el motor de Jonthan parece venirle de lejos, si ahora el mismo se condiera el "Cristiano Ronaldo de los tractores", de pequeño debía ser el "Joselito del R5".