Nada más verse en ‘First Dates’, Alberto y Miriam han tenido la sensación de que se conocían y que tenían algún amigo en común. Ninguno sabía ni el cómo ni el donde y aunque ella ha tenido la sensación de que un hombre con polo no era su hombre ideal, se han dejado llevar.
Quizás no podemos hablar de flechazo ni de un amor para toda la vida, pero la cena de Alberto y Miriam estaba resultando muy agradable y en el ambiente se notaba cierta atracción sexual. Compartían lugar de residencia, alguna que otra afición y no paraban de reír, pero de repente… Miriam le ha confesado a Alberto que tenía dos hijos y a él le han entrado los calores y algún que otro sudor frío. Sin embargo, el calentón le ha durado poco porque ella le ha dicho riéndose que era una broma.
Ya en el reservado, los jóvenes se han atrevido con las bolas de la verdad y Alberto se ha venido arriba al ver que Miriam le besaba el cuello. Le ha pedido que cerrara los ojos para darle un beso y cuando ella le ha notado más cerca de la cuenta… ¡Cobra! Alberto se ha quedado de piedra porque era la primera vez que le hacían una cobra y menuda cobra. Sin embargo, ha sentido que en la segunda cita la cosa iba a ser diferente y le han entrado más ganas todavía de conquistar a Miriam.