Lucio es un hombre de lo más creativo y vital. Vive en una aldea y tiene unos terrenos que le sirven de base de operaciones. En esa finca es donde se ha pasado los dos últimos años inmerso en un apasionante proyecto: la construcción de una nave espacial de 20 metros de diámetro. Todo esto se lo contó a Isabel cuando estaban cenando, y además le enseñó un vídeo de su interior, que tenía colgado en su Facebook. Isabel se quedó alucinada, aunque no entendía muy bien cuál era la función del invento.
Durante la cita, Lucio le mostró otra de sus habilidades: toca el saxo y deleitó a todo el restaurante con una sesión de música en directo. Llegados a este punto, Isabel estaba completamente prendada: "Me tiene enamorada de todo cuanto sabe, de la personalidad que tiene...". parecía que la cita solo podía tener un desenlace: el triunfo del amor.
Pero el revés llegó en la decisión final. A Isabel le apetecía seguir conociendo a Lucio, pero parecía que él no era de la misma opinión: "Estamos en lugares muy distintos".