Isabel es una mujer a la que le “gusta compartir todo lo bueno que hay en la vida, la vida es para vivirla una vez”, pero que lleva 30 años sin amor. Tuvo una experiencia tan mala en el amor que se le quitaron las ganas de repetir “A los tres meses de casada me vi que la cosa era un montón de mentiras… era muy posesivo, era un hombre que siempre tenía la razón… Ir al cine o al baile estaba prohibido para una mujer con hijos”.
La hija de una amiga suya ha sido la que la ha engañado para venir a ‘First Dates’ y está buscando a un hombre sincero, que no mintiera y que la acompañe a cenar de vez en cuando. Un hombre que podría ser Francisco, un hombre forma al que no le gusta tontear con nadie y al que Isabel le ha gustado mucho nada más verla.
Más tranquilos y mientras que comenzaban a degustar el primer plató, Isabel le ha contado a Francisco que llevaba 30 años viviendo sola y que sus grandes pasiones siempre han sido la música y el baile. Sin embargo, cuatro hombres, sus hermanos, se encargaron de quitarle la ilusión porque en esos tiempos las mujeres no podía hacer cosas que eran solo para hombres. A Francisco no le ha sorprendido lo que le contaba, pero no le ha parecido nada bien y le ha pedido que olvidara el pasado, que ahora les tocaba vivir el presente.
“Soy viuda, pero con el muerto viviente”, ha asegurado Isabel en tono de broma cuando Francisco le ha preguntado por su estado civil. Momento que ha aprovechado para contarle que a los tres meses de casa perdió la ilusión y se dio cuenta de que aquel hombre nunca la iba a ayudar a cumplir su sueño de ser azafata. Según ha contado, su marido vivía en Bilbao y ella se quedaba a carga de cuatro hijos sola en el pueblo “estaba con otra, mis hijos lo sabían y nunca me dijeron nada, imagínate hasta qué punto los manipula”.
Francisco estaba encantado con Isabel y ya se veía conviviendo con ella, pero a ella no le servido que le dijera que salía a bailar de vez en cuando. “Me gustaría más vivo, lo que he visto me recuerda a mi ex”, ha asegurado la soltera un poco decepcionada porque se esperaba a un hombre más activo y que le hiciera sentir que juntos iban a disfrutar más de la vida.