Con una hermosa capa y casi dispuesto a dar las campanadas en Mediaset, Esteban entrado en el restaurante del amor dispuesto a encontrar al hombre de su vida. Estaba tan decidido que dos minutos después estaba cantando opera para Carlos Sobera y diez minutos después ya tenía el teléfono de su cita guardado en el móvil.
La indumentaria de Esteban ha sorprendido al presentador quién no ha dudado en conocerle un poquito más y sorprenderse mucho al saber que tras ese joven de capa y kimono de rosas rojas se escondía un inversor de fondos inmobiliarios que cantaba opera, y que como era de esperar se lo ha demostrado en directo.
Tras recibir de lleno el torrente de voz de Esteban, Sobera ha conocido a Julio quién le ha hablado detalladamente del negocio que acaba de emprender nada más llegar de Miami: vender ropa interior usada. Aunque Esteban está convencido de que “es digno de estudiar”, Julio cumplia todos los requisitos que estaba buscando “Sentido del humor, viajar, conocer culturas, inteligente y con las ideas claras” y la cita pintaba muy bien.
A Esteban le estaba encantando todo lo que Julio le estaba contando e incluso, ya se veía vendiendo sus calzoncillos de Deborah bragas o más internacionalmente Eatmyunderwear.com pero quizás, ha ido demasiado rápido y a Julio le han temblado las piernas cuando a los 10 minutos le ha pedido el teléfono y le ha tenido que dar el de su madre.