Estamos acostumbrados a ver a Carlos Sobera recibir a los solteros y solteras a su entrada al restaurante del amor. Suele mostrarse simpático, divertido, atrevido… Pero en esta ocasión se ha quedado sorprendido y no suele ser habitual. El presentador ha sentido que tenía delante a uno de los cuadros de Tiziano y no ha podido resistirse a decirle a Arnau que le recordaba al Rey Felipe II.
Arnau es un chico timido, sincero y que quiere volver a encontrar un amor que le haga sentir algo parecido a lo que sintió por aquella chica que le enamoró en tan solo dos meses. Pero antes de conocer a Delia, su cita, ha charlado un ratito con el presentador y le ha contado el porqué de algunos de sus tatus.
Todavía un poco impactado por la comparación que le había hecho el presentador, Arnau ha intentado imaginarse a Felipe II, mientras que le contaba a Sobera porqué tenía un patito de goma tatuado en el cuello. Al parecer quería hacerse un tatuaje con su prima y pensaron que los más raro que podían hacerse era el juguete amarillo. Eso sí, a Delia más tarde le ha dicho que los tatuajes son para toda la vida y que él tenía su particular “pa-to, la vida”.