Carlos Sobera se pone flamenco en ‘First Dates’ y se atreve por bulerías: “Esto no es lo mío”

  • El zasca de María a Borja en ‘First Dates’: “Canta medianamente bien, pero para dedicarse al cante, no”

  • María, sobre la depilación de su cita en ‘First Dates’: “Este es de los que tiene tirabuzones”

María se ha hecho algún retoquito “tengo las pestañas postizas y me he puesto un poquito de ácido en los labios, pero si me pongo lo que dijo la mujer parezco Carmen de Mairena”, eso sí, sus pechos son naturales. En el amor le ha ido regular, pero tuvo una relación seria con el padre de su hijo y nada más romperla “me fui al tatuador y le dije ‘ponme en la barriga indomable, no hay quien me dome”. Le gustan los chicos con carácter fuerte y que salgan de fiesta porque ella es muy fiestera y “siempre la lío”.

Borja, su cita, es un chico muy alegre al que le gusta mucho el cachondeo y compartir con sus amigos. Ha entrado en ‘First Dates’ con la guitarra en la mano y se ha quedado muy sorprendido con la mirada y la sonrisa de su cita. Ella nada más verle se ha puesto loca y ha tenido claro que era de Sevilla. Antes de que comenzaran a conocerse un poquito mejor, han pasado un rato muy divertido con Carlos Sobera.

El presentador ha cogido la guitarra se ha atrevido con el cante flamenco “esto no es lo mío”, ha asegurado. María le ha dicho que se le iba a llevar para Sevilla y él presentador le ha dicho que él “Yo, bueno, fíjate tú”. Borja le ha dicho que él tenía un quiosco en Sevilla, pero que vendía de todo menos prensa “botellines, cubatas”. “No tiene que ser nadie”, ha sentido ella, muy contenta con su cita.

Borja ha querido saber a qué se dedicaba María y al saber que era camarera, le ha dicho que él era polifacético, algo que ella no tenía ni idea de lo que significaba. El soltero tiene su propio negocio y los fines de semana es fijo en tablao y luego hace música, sobre todo canta para los gitanos. A él no le gustaba nada el flamenquito, pero se fue a vivir a Inglaterra y se dio cuenta de que lo echaba de menos.

A María le estaba pareciendo que Borja era un chico muy simpático y divertido, pero que hablaba mucho y que no la estaba preguntando nada de nada. Jugando al Rasca del Amor, Borja ha leído “adicto” en lugar de “activo” y a María le ha entrado un ataque de risa hasta que él se ha dado cuenta de que lo estaba leyendo mal.

Los dos han tenido claro que no dónde hay pelo hay alegría y ella ha sentido que él mentía un poquito en el tema depilación “este es de los que tiene rizos, tirabuzones”, y le han entrado los calores de nuevo. No sabemos si se han terminado de gustar, pero sí que no han parado de reírse ni un momento.

Antes de acabar la cena, Borja le ha demostrado a María su arte con la guitarra y ella ha tenido sus dudas “canta medianamente bien, pero no para dedicarse al cante”. Él sin embargo, ha sentido que se la iba a llevar de palmera y le ha ofrecido pagar la cita para que él pague la próxima “por tonto, has pagado tú”.

En el momento de la decisión final ella ha exclamado un “me muero” cuando Borja le ha dicho que quería repetir y le ha dicho que sí a una segunda cita, pero también le ha reprochado que no le hubiera dejado hablar “no me has preguntado nada”. Él se ha quedado cortado y le ha soltado un “te lo tendré que preguntar fuera”, que la ha terminado de conquistar.