Lina, una rusa de Granada, a su cita en ‘First Dates’: “Los madrileños sois unos catetos”

  • Lina no soporta el laísmo: “Era la primera de la clase en lengua”

  • Lina no cree que pueda tener tantas cosas en común con Atila y le da calabazas: “Desconfío”

Lina es una soltera de origen ruso con un gran acento granadino que en clase de lengua era la alumna más aventajada y que se ha echado las manos a la cabeza al comprobar que su cita era laísta “sois unos catetos”.

Atila se ha presentado como un aventurero en ‘First Dates’, le gusta mucho ir al campo y no estar quieto. Carlos Sobera se ha fijado en su estilo de ropa y él le ha contado que se dedica al mundo de los rodajes con coches americanos. En realidad, es mecánico y especialista en coches clásicos. En el tema de las mujeres, le gustan mucho las mujeres nórdicas, de piel clarita y si puede ser con tatuajes mucho mejor “le dan el toque”.

Lina, su cita, es una chica rusa muy echada para delante, muy cabezota y que se derrumba con mucha facilidad. Al verla, Atila ha sentido que era muy de su tipo y que vestía muy elegante. El joven ha querido saber de dónde venía y le ha gustado escuchar que llevaba 4 meses viviendo en Madrid.

Al soltero le ha llamado mucho la atención que, siendo tan nórdica por fuera, Lina tuviera tanto acento de Granada y no ha dudado en decírselo. Ella le ha contado que llevaba 9 años viviendo en un pueblito costero y que se le había pegado mucho. Atila se ha quedado un poco pensativo porque no sabía qué preguntarle y al escucharle hablar Lina se ha echado las manos a la cabeza “no puedo con el laísmo, sois unos catetos los madrileños”.

Atila estaba flipando porque le acababan de llamar cateto a la cara y ella le ha dicho que, aunque fuera una rusa de Granada, era la primera de la clase en lengua “¿Cómo que dila? Dile, será dile”. Él ha preferido tragar saliva y no entrar en una polémica que no venia al caso “en el sur se comen las palabras”.

Superado el zasca, Atila ha querido saber si a su cita le gustaba el campo y ella le ha dicho que él campo no, pero sí le gustaría tener una casita con huerto a las afueras de la ciudad. Respecto al tema musical, Lina le ha dicho que era de techno y Atila ha sentido un “hemos metido gol” al saber que salían de fiesta por los mismos sitios.

Lina ha descubierto que Atila y ella esperaban lo mismo de una relación, que les gustaban las cosas tradicionales y que no querían tener hijos, y ha empezado a desconfiar. A la soltera le ha resultado sospechoso que tuvieran tantas cosas en común y no ha dudado en decirle que no quería tener más citas con él. Ha sentido que no puede haber nadie tan parecido a ella y que igual Atila le estaba diciendo lo que quería escuchar.