Domingo, un soltero de 90 años en ‘First Dates’: “Si me dice que sí no se va a arrepentir”

A Domingo le conoce todo el mundo en su pueblo, pero si preguntas por el alcalde, también saben quién es el soltero. Ha estado al frente del Ayuntamiento durante 5 legislaturas y todavía hay gente que le gustaría que siguiera. Sin embargo, a sus 90 años, él ya quiere disfrutar de la vida. Hace años que perdió al amor de su vida y desde entonces no ha vuelto a encontrar a alguien para compartir su vida. Hubo un tiempo que tuvo una amiga, pero también se marchó.

Manuela, su cita, está sola y asegura que cuando sus hijos van a verla están todo el rato con el teléfono y luego se van a dormir a su casa “estoy sola”. Está buscando a un hombre que sobre todo sea limpia “en su persona y la casa”. Al verla, Domingo se ha llevado una alegría porque le ha gustado lo que ha visto. A ella también le ha gustado que su cita le trajera una rosa.

Domingo ha comenzado ha contarle que llevaba 25 años viudo y que vivía en Zamora, pero Manuela ha sentido que no era su tipo y ha intentado esquivarle hasta la mirada. El soltero lo ha seguido intentando y le ha contado que él comía a la una, que todos los días iba a echarse una partida, que se tomaba un café, que tenía cuatro nietos, que su hijo vivía en Nueva York… Pero Manuela lo máximo que le ha dicho es que ella tomaba el café descafeinado y que le daba miedo el avión, algo que ha desilusionado al soltero “conversación no tiene”.

Al ver que su cita era parca en parca en palabras, Domingo ha querido saber qué le había parecido y ella le ha dicho que vivía muy lejos. Algo que el soltero no ha visto como un problema porque él está buscando cariño y amor, y si tiene que dejar Zamora para venirse a Madrid, se viene.

Domingo ha insistido en que no tenía ningún problema en venir a vivir a Madrid con su cita, pero ella le ha dejado claro que no lo veía claro y ha justificado su frialdad en la distancia. Él le ha vuelto a explicar que quiere a una mujer para convivir, que puede esperar quince días para “acostarnos” y ha tenido clarísimo que “si me dice que sí, no se va a arrepentir”.

En la decisión final, Manuela le ha dicho que no era posible su relación porque ella no quería convivir con él y Domingo ha insistido, pero al saber que no había nada que la fuera a convencer, le ha dado un besito en la frente y se ha marchado en busca de una mujer que le de cariño y a la que pueda achuchar en el sofá.