Amenazas, delincuencia y deudas descomunales: 'En el punto de mira' investiga la morosidad en urbanizaciones de lujo

  • 'En el punto de mira' investiga casos de morosidad en urbanizaciones de lujo

  • Esta comunidad de Benidorm acumula una deuda de más de 500.000 euros por morosidad

'En el punto de mira' se traslada hasta Benidorm. Allí un edificio en una urbanización de lujo alberga más de 450 vecinos y solo 110 pagan la comunidad, según la administradora de la finca. Los impagos han generado una deuda que asciende a más de 500.000 euros, pero también un clima hostil entre propietarios y morosos.

Olga es una de las propietarias y va acompañada por Igor, un militar ruso. Asegura que tiene miedo a lo que puedan hacerle los morosos: "No quiero que me maten", decía.

El equipo de 'En el punto de Mira' se trasladaba al lugar y comprobaban los desperfectos que habían en los rellanos. El techo y suelo rotos, ascensores que no funcionan, suciedad... el impago de los gastos de la comunidad han obligado a los propietarios a tomar la siguiente decisión: solo reformar las plantas de propietarios que paguen.

No mucho tiempo después de llegar al sitio, el equipo del programa y los propietarios notaron que los morosos les seguían. Al hacerles frente, aseguraron que se les acusa de los desperfectos por ser de etnia gitana. Uno de ellos, de manera muy pacífica, enseñaba su casa y alegaba era una persona humilde que hacía lo que podía para pagar. Pronto las buenas formas acabarían.

'En el punto de mira' proseguía con la investigación cuando Olga les dijo que recientemente había adquirido un segundo inmueble en el edificio. Se dirigieron allí para ver en qué condiciones estaban cuando se encontraron con una desagradable sorpresa: en apenas dos días habían okupado el piso de Olga que estaba grabando el programa.

El okupa al principio no quiso marcharse, pero cedía y empezaba a sacar sus cosas. Momentos después, volvía a introducirlas en el inmueble aconsejado por los otros morosos. Ante la sorpresa de la propietaria, se destapa la trama: los morosos tenían intereses en que el okupa se quedase en la vivienda porque, presuntamente, le estaban cobrando un alquiler.

La tensión iba en aumento. Olga se negaba a salir de su casa y los morosos insistían en que el okupa se quedase. Al final hacía entrar al moroso y sus pertenencias a la fuerza. Igor, el guardaespaldas de Olga, se encaraba con ellos y las amenazas aparecían: "No sales vivo de aquí, ¿eh?", le decían los morosos al ruso.

Al final cuatro patrullas de Policía se presentaban en el edificio y mediaban entre las partes. El okupa les revelaba que estaba pagando un alquiler y los policías constataban que se trataba de un contrato de arrendamiento falso. El moroso decidió abandonar el inmueble de forma pacífica mientras los reporteros de 'En el punto de mira' eran escoltados para abandonar con seguridad el lugar.