Denunció a su hijo por maltrato tras sufrir un infierno con él: "Me tiró un patín de ruedas a la cara"

  • Mati denunció a su hijo por maltrato.

  • Solo un 20% de los padres denuncia a sus hijos.

  • El hijo podría sufrir trastorno del espectro alcohólico fetal.

El 14% de los adolescentes reconoce haber maltratado alguna vez a sus padres. Algunos han incluso llegado a agredirlos por apagarles el router de Internet o por no darles el móvil que querían. La mayoría de estas familias lo sufre en silencio. Y solo un 20% de estos padres se atreven a denunciar a sus propios hijos.

Samanta Villar se pregunta qué se debe vivir en una familia para que un padre decida denunciar a su propio hijo. Se traslada hasta Sevilla para conocer a Mati, una madre soltera que adoptó a su hijo con ocho años y a los doce comenzó a sufrir maltrato por su parte: “He vivido un infierno. Agresiones verbales, físicas, robos, alcohol…”.

El infierno de Mati junto a su hijo

Mati nos enseña las marcas que dejó el joven sobre la puerta de su habitación. Tras una discusión, hubo un empujón y muchos episodios similares. Aunque es incapaz de relatar algunos de los golpes e insultos que recibió por parte del menor, se atrevió a denunciarlo ante una comisaría.

Mati relata cómo y cuándo comenzó a cambiar su hijo hasta que llegaron las agresiones: “Me tiró un patín de ruedas a la cara, eso ya no lo podía consentir y todo era a base de porrazos y empujones. Me ha llegado a pegar y robado joyas de mi familia”. Asegura que le costó denunciar (por agresión verbal y física) y le costó ver que era lo mejor.

El joven ha robado también siendo ya mayor de edad y le preocupa que vaya a la cárcel porque siente que “no están preparados” (habla en plural de los hijos conflictivos). Este malestar le impide dormir bien por las noches, pero asegura que nunca se ha arrepentido de haberle adoptado. Se emociona cuando Samanta le pregunta cómo se lleva todo ese infierno sola.

El trastorno que sufriría Samuel sería de nacimiento

A día de hoy, Samuel “va mejor”: “Está menos agresivo y está ilusionado, es un gran artista y está metido en eso. Ha terminado sus estudios de tatuador y de dibujo”. Con los años han descubierto que el chico padece un trastorno del espectro alcohólico fetal. Su madre biológica bebía durante el embarazo y esto reparó en su sistema nervioso.

Hablamos con él y nos asegura que se siente culpable por todo lo que ha hecho. Se muestra arrepentido: “Muchas veces tengo miedo de mí mismo, por eso no salgo, quiero estar tranquilo. Me angustian muchas cosas, poder hacerle daño a alguien. Hay momentos que no me controlo y soy capaz de hacer cualquier cosa, no puedo controlarme”.