Quién es el hombre que intentó asesinar a la vicepresidenta de Argentina: tatuajes de ideología nazi y antecedentes por delitos violentos

  • La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, podría haber muerto tras haber sido apuntada con una pistola

  • El experto en seguridad Chema Gol apunta a que podría haber sido un intento de asesinato "por encargo"

  • El detenido posee un tatuaje del "sol negro" en su codo, que pertenece a la “mosaico donde se reunía Hitler con sus tenientes generales”

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha estado a punto de morir cuando un hombre le apuntaba con una pistola semiautomática en la cabeza. Afortunadamente, todo apunta a que hubo un fallo en el arma y no resultó herida. El hombre fue detenido y el experto en Seguridad Nacional, Chema Gil, nos da más detalles sobre él en el programa 'En boca de todos'.

Cristina Fernández de Kirchner se encontraba saludando a un grupo de seguidores frente a su casa cuando de entre la multitud sale un hombre con una pistola que dispara a 20 centímetros de su cabeza. El arma contaba con cinco balas, pero no se disparó pese a haber apretado el gatillo.

La vicepresidente de Argentina se llevaba las manos a la cabeza y parecía no ser muy consciente de lo que acababa de ocurrir. Al levantarse recoge un libro del suelo que aparentemente no portaba con ella.

Chema Gil explica que ha habido unos “fallos importantes” por parte de la seguridad. Eso sí, reconoce que “es verdad que cuando los políticos se saltan el protocolo de seguridad, pues puede someter al equipo de seguridad a una alta tensión”.

El autor del intento de asesinato, Fernando Andrés Sabag “es un tipo que tiene antecedentes penales”, señala el experto en Seguridad Nacional. Además, se tratan de antecedentes por “delitos violentos con armas de fuego”. No solo eso “hace alarde de estar integrado en grupos de ideología nazi”.

Se ha podido apreciar que el detenido posee tatuajes de índole nazi, como “el sol negro”, el cual es la evocación del “mosaico donde se reunía Hitler con sus tenientes generales”. Chema Gil apunta a que podría haber actuado “por encargo”, aunque sin éxito, “hay que investigar”.