Víctor de la Cruz admite sobornos a árbitros cuando Ruiz- Mateos era presidente del Rayo: “Era muy fácil comprar voluntades”

  • La mano derecha de Ruiz-Mateos explica cómo se llevaba a cabo el soborno a árbitros, jugadores y entrenadores

  • El empresario pronto comprendió que el fútbol no quedaba fuera del ‘juego’ de la corrupción

El 27 de marzo de 1991, José María Ruiz-Mateos realiza su adquisición más popular: compra el equipo de fútbol del Rayo Vallecano. El empresario planea convertir el club en una sociedad anónima para salvarlo de la desaparición.

“En una comida con Jesús Gil este le recomienda ya que pretendía un interés mediático, la mejor forma es hacerse con un club de fútbol donde vas a tener muchos medios pendientes”, cuenta Víctor de la Cruz, chófer y persona de confianza de Ruiz-Mateos.

“Él no tenía ni idea de fútbol, no había visitado un estadio en su vida y, muchísimo menos, había visitado Vallecas”, continuaba contando el chófer que admitía que el equipo era para él como una empresa.

“Iniciamos una gestión que hizo que el club no solo subiese a primera, sino que se mantuviera en la categoría varios años”, sacaba pecho Víctor de la Cruz que tuvo que hacer, incluso, de delegado del equipo.

Pero no hay que olvidar que el Rayo Vallecano fue un arma más de Ruiz-Mateos para luchar contra sus enemigos.

¿Árbitros comprados?

El empresario pronto comprendió que el fútbol no quedaba fuera del ‘juego’ de la corrupción y que, si había sobrevivido en los negocios era porque se había adaptado y, ahora, se adaptaría al reglamento extraoficial de lo terreno de juego

“Por todo lo que vio Ruiz-Mateos este mundo, le hizo definir el fútbol como una gran mentira”, explicaba Víctor de la Cruz. “En aquella época un árbitro no ganaba mucho dinero, era muy fácil comprar la voluntad de los árbitros. Fueron los propios jugadores, los veteranos y la gente entendida quienes para entendieron que para distintos partidos hay que comprar ciertas voluntades para poder conseguir los tres puntos”, confesaba la mano derecha de Ruiz-Mateos antes de detallar cómo se producía esa compra de voluntades.