La relación de José María Ruiz-Mateos con el rey Juan Carlos I en aquel momento pasó por varias fases, que varias personas que la vivieron de cerca han relatado.
Joaquín Yvancos, exabogado de Ruiz-Mateos: “Había llegado a un acuerdo con el rey, que por 1.000 millones de pesetas se lo iba a arreglar, el rey le dijo que sí, él le dio la mitad, la otra mitad el rey no cumplió y es que encima, cuando Felipe González hace el decreto de la expropiación de Rumasa el rey lo firma. Le había engañado”. Javier Sáinz Moreno, abogado y amigo de Ruiz-Mateos: “Ruiz-Mateos iba a ver al rey todos los días de San Juan, iba con un coche, con una maleta grande de Loewe llena de billetes de banco, podía pasar por todos los controles de banco sin que nadie le detuviera, le abrieran la maleta, directo. Era muy sorprendente".
Su chófer habla de la buena relación que había entre ellos: “Tenía una relación con muchísimas personalidades de distintas instituciones españoles, especialmente con la Casa Real, con la figura del monarca de entonces que era Juan Carlos I. Cuando le llamaba una figura como su majestad el rey yo le pasaba el teléfono, tenían sus conversaciones particulares y deduje que había una relación estrecha entre ellos”. Pero Víctor de la Cruz también cuenta que se sintió traicionado: "Esos donativos que hacia en maletines de Loewe pensaba que era suficiente para tener el apoyo y la confianza del rey, cosa que descubrió que era falso. En el momento de la expropiación el rey ni le cogió el teléfono”. Aunque asegura que retomó su amistad con él sobre el año 87.
Joaquín Yvancos, exabogado de Ruiz-Mateos, también recalca lo que podía pensar el empresario al ocurrir todo esto: “Él confiaba que uno de sus grandes amigos le tenía que haber ayudado antes de la expropiación”.