Cientos de vecinos se manifestaron frente al domicilio tras dos años de conflictos con el clan. “A La Llagosta puede venir quien quiera, pero que cumpla con una normas básicas de convivencia donde no se delinca”, ha declarado su alcalde, Óscar Sierra.
A pesar de que la concentración fue organizada por el Ayuntamiento con el fin de poner paz en el barrio, el suceso acabó con la intervención de los Mossos y el lanzamiento de diversos objetos desde el balcón de la casa. Sillas, grandes piezas de madera, balones y radiadores fueron algunas de las herramientas con las que se valieron tanto los vecinos como los miembros de la familia.
Algunos manifestantes incluso trataron de entrar a la fuerza al edificio, hasta que llegaron los agentes y, finalmente, procedieron al desalojo de la vivienda.
Sin embargo, y pese a la evidente calma en la localidad tras la tormenta, una de las desalojadas, Vanesa Cabo, asegura que denunciará a los vecinos por “hacer daño a sus hijos”. Después de lo ocurrido, la familia alega que noy que vivían en el domicilio de forma legal.