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En muchos lugares costeros, algunos residentes aprovechan la llegada de los turistas para conducirles a actividades de cierto riesgo. Una de ellas es la del avistamiento de tiburones. Aunque protegidos por una jaula, los aventureros que se atreven a bajar suelen encontrarse a menos de 2 metros de estos enormes animales y pueden apreciar sus enormes fauces. Así es, como se vive en primera persona uno de estos avistamientos. FOTO: ©Annabel Fenwick Elliot / IBERPRESS






