El equinoccio de otoño puede darse en cuatro fechas distintas (del 21 al 24 de septiembre). Estas variaciones de un año a otro se deben al modo en que encaja la secuencia de años, de acuerdo al calendario (unos son bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol.
A partir de esta noche los días durarán menos e iluminará más al Sur, hemisferio donde comienza la primavera. Para el hemisferio Norte comienzan las noches más largas porque el eje terrestre se inclinará 23,5 grados y los rayos solares serán más débiles y menos intensos.
Comenzará a anochecer más pronto y estos cambios pueden influir en nuestros estados de ánimo provocando depresión o estados de mal humor, falta de concentración, entre otros.
En estos 89 días y 20 horas que durará el otoño el cuerpo sufre cambios físicos y psicológicos sobre todo en personas más sensibles. Se debilita el sistema inmunológico y se acentúa esa sensación de tristeza o melancolía que tan bien combina con los colores apagados y las hojas caídas.
Los médicos recomiendan hacer ejercicios, iluminar bien las estancias donde pasamos mucho tiempo, comer de forma saludable.