Estas son las seis supersticiones más sorprendentes del mundo del teatro

Estas son las seis supersticiones más sorprendentes del mundo del teatro
Cuatro al Día
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Silbar durante una obra de teatro es símbolo de mala suerte

Durante una época la forma que tenían de comunicarse los técnicos y directores de una función era a través de silbidos y, por ese motivo, el público no debía silbar, ya que podían confundir al equipo durante una actuación.

Las plumas de pavo real no están bien vistas en el escenario

Estas plumas tan coloridas e hipnotizantes recordaban en el mundo del espectáculo a un ojo diabólico, lo que llevaba a relacionarlo con el mal de ojo.

Los claveles en el teatro no están bien vistos

En el siglo XIX, las flores servían a los directores para comunicarles a las actrices si seguían en la compañía o la abandonaban. De esta forma, mientras que las rosas eran deseadas por todas las actrices ya que garantizaban su trabajo, los claveles representaban el despido inminente.

Fallar no es malo

En teatro, no errar es sinónimo de fracaso, al menos en el ensayo general, ya que en una representación esto puede significar que todo va a salir bien durante el estreno y que la función va a ser todo un éxito.

No todas las luces deben apagarse

El escenario nunca se deja en la penumbra absoluta; siempre tiene que haber algo de luz. Esto se debe a que hay muchas leyendas que afirman que, para ahuyentar a los fantasmas fuera de las tablas, tiene que haber al menos una luz prendida.

Algunas obras están malditas

Algunas obras que han sido representadas en teatro se han ganado el título “malditas”. Un ejemplo claro es la famosa obra ‘Macbeth’ de William Shakespeare debido a que el teatro de Lisboa en el que se representaba la obra en el año 1964 acabó ardiendo en llamas.

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