Del inodoro al vaso: un restaurante belga recicla el agua de sus inodoros para ofrecérsela a sus clientes

  • Un restaurante belga ha decidido servir a sus clientes agua potable gratuita reciclada de sus lavabos e inodoros

  • Gust'eauxes capaz de convertir sus residuales en un agua completamente pura que necesita de un enriquecimiento con minerales

Un restaurante belga ha decidido servir a sus clientes agua potable gratuita reciclada de sus lavabos e inodoros.

Un restaurante belga ha decidido servir a sus clientes agua potable gratuita reciclada de sus lavabos e inodoros, en la provincia de Flandes Occidental, Bélgica, según informan desde 20 minutos.

El restaurante al no está conectado al sistema de alcantarillado de la ciudad, necesitaba resolver este problema de alcantarillado de alguna manera. Por ello, Gust'eaux en Kuurne en estos días está sirviendo el mismo agua potable que en cualquier otro lugar así que nadie podría decir que se saca de los inodoros del restaurante.

Mediante el uso de un complejo sistema de purificación de cinco pasos, Gust'eauxes capaz de convertir sus residuales en un agua completamente pura que necesita de un enriquecimiento con minerales antes de ser consumida.

Gracias a este innovador sistema, el líquido del inodoro y del fregadero se "limpia" inicialmente con fertilizante para plantas, luego una parte se mezcla con agua de lluvia recolectada y se usa para descargar los inodoros, mientras que el resto se pasa por una serie de procesos de purificación que lo hacen indistinguible del agua del grifo.

"El agua resultante es demasiado pura para ser potable, por lo que agregamos minerales para que sea más saludable", manifestó un representante de Gust'eaux al canal de noticias belga VRT News. El restaurante ofrece el agua reciclada del baño a los clientes en una variedad de formas, como agua potable gratuita, cubitos de hielo o café.

Tambié se usa para elaborar cerveza. Según Sudinfo, el mismo sistema de purificación de agua se utiliza para proporcionar agua potable a comunidades aisladas, pero la experiencia no tiene precedentes en Europa.