"Lo que ha hecho hoy el señor Casado con el asesinato de Laura Luelmo es absolutamente infame". Son las duras palabras del portavoz de Unidos Podemos, Ione Belarra, en respuesta a un Pablo Casado que pidió hoy en el Congreso que no derribe la prisión permanente revisable. Muchas son las voces que han considerado lamentable que el líder del PP aprovechara el caso Laura Luelmo. Para ella "es como si los vendedores de armas cada vez que hay un asesinato recomendaran que todo el mundo llevara pistolas. Basta ya. Déjenos en paz a las mujeres", ha continuado la premiada como diputación revelación de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, que ha asegurado que "no necesitamos ni pistoleros ni prisión permanente revisable. Lo que necesitamos son políticas públicas que nos protejan antes de que nos maten".
"Es inexplicable que un cargo público use el dolor del asesinato de Laura", ha señalado Carmen Calvo. Pero lo cierto es que la realidad está ahí y hay incluso padres de víctimas que exigen la prisión permanente revisable. La polémica seguirá.
David Oubel: Degolló a sus dos hijas, de 4 y 9 años, en julio de 2015. Les hizo ingerir fármacos antes de asesinarlas con un cuchillo y una sierra eléctrica.
Sergio Díaz: Se le impuso inhabilitación absoluta durante el tiempo que pasara en la cárcel y libertad vigilada durante 10 años. Asestó 30 puñaladas al abuelo de la que era su pareja el 14 de noviembre de 2016.
Danuiel Montaño: Arrojó por la ventaba a una niña de 17 meses tras intentar asfixiarla en Vitoria. También intentó asesinar a la madre.
Marcos Miras: Fue procesado por matar a palazos a su hijo de 11 años en un bosque de la localidad coruñesa de Oza de los Ríos en 2017,
Patrick Nogueira: El brasileño mató a su primo, a la mujer de este y a los dos hijos de la pareja, de uno y cuatro años, en una casa de Guadalajara en 2016.
Lo que sí es cierto es que nadie dijo a Laura que su vecino de enfrente, por el que se sentía amenazada era un criminal. Si hubiese vivido en Estados Unidos, Laura con esta una aplicación móvil lo sabría. Otra cosa es que los crímenes se eviten, porque en EEUU también los ha habido en los últimos tiempos. Pese a todo, la sensación de seguridad crece porque una joven corre sabiendo los antecedentes de cada vecino porque muchos son públicos, en Europa, no. Por eso ya hay voces que se muestra a favor de que algunos de estos delitos se sepan para que gracias a estos dispositivos se advierta de los vecindarios con alta reincidencia y pederastia para que también en los entornos adopten medidas de protección. El problema es que la divulgación de ese dato tiene un frágil respaldo jurídico, pues la pena no acaba cuando se cumple condena sino que la persona queda marcada para siempre.