En una estancia olvidada de un viejo palacio, el polvo cubre un antiguo piano. Está roto, sin patas, destrozado pero todavía conservando su belleza y su fuerza. Es una de las instantáneas del fotógrafo francés Roman Thiery, que empezó su hipnótica serie con esa imagen. Era un piano que encontró en un castillo abandonado en el sur de Francia, una imagen poderosa, que le enamoró hasta la obsesión. tanto que empezó a recorrer europa buscando más ejemplos. Roman aunó así sus dos pasiones´: la música y la fotografía.
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