El consumo de alcohol, además de ser el causante de enfermedades, adicciones y problemas familiares, podría ser beneficioso para las relaciones de pareja. Lo confirma el estudio "Patrones de consumo de alcohol entre los cónyuges mayores" publicado en la revista The Journals of Gerontology.

En él se analizaron los comportamientos de 4.864 participantes, los cuales habían estado casados un mínimo de 33 años. Los participantes informaron sobre la cantidad promedio consumida por semana y la calidad matrimonial negativa.

Los resultados concluyeron que las parejas en las que ambos eran bebedores reportaban una disminución en la calidad matrimonial negativa con el tiempo, y estos vínculos fueron significativamente mayores entre las esposas. Lo mismo ocurrió con aquellas parejas en las que ambos eran abstemios, es decir, no bebían nada de alcohol.

Del estudio también se extrajo que cuando esta actividad se realizaba por separado (solo uno de los 2 bebía) los niveles de negatividad e insatisfacción aumentaban de manera considerable.

Sin embargo, Kira Birditt, principal autora de la investigación explicó que el documento ni incitaba a las parejas a beber, ni a que uno de los dos se viese obligado a hacerlo. "No estamos sugiriendo que la gente deba beber más o cambiar la manera en la que beben".

Se trata, simplemente, de un modo de compartir juntos y estrechar lazos de complicidad.

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