Más de la mitad de los niños se come la uñas, ¿por qué no logran dejarlo?

cuatro.com 25/12/2018 14:22

Además de los problemas estéticos que ocasiona el morderse las uñas, este mal hábito puede alterar la forma de los dientes y afectar a los dedos. Entre un 20-45% de la población se come las uñas. El fenómeno se inicia en la niñez, pero es más frecuente en la adolescencia. Su persistencia en la edad adulta hace más difícil su control y tratamiento. Se cree que más de la mitad de los niños escolarizados se muerden sus uñas de forma ocasional o frecuente.

La doctora Lourdes Navarro Campoamor, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y dermatóloga del Hospital Beata María Ana, quien también subraya que este hábito repetido puede producirse de forma automática e inconsciente, o bien compulsiva. "Los trastornos de conducta o comportamiento hacia la uña o trastornos de tipo tic se pueden asociar en su forma más severa a trastorno obsesivo-compulsivo, fobias o depresión", alerta la especialista en uñas.

Así, entre los riesgos que se corren si no se logra corregir este hábito se encuentran cambios en la morfología de la uña, alteraciones en la coloración, inflamación de la piel que rodea a la uña, pero también puede provocar infecciones a través bacterias, hongos y virus.

Según advierte la doctora Navarro, morderse las uñas con frecuencia puede ocurrir en situaciones de excitación, ansiedad o estrés, o bien en estados de aburrimiento o inactividad. "Algunas personas lo hacen de forma automática mientras están ocupados en otra actividad. Sin embargo, para otros es un hecho intencional, es decir, dejan de hacer cosas por morderse las uñas. En determinadas ocasiones hay personas que notan más tensión antes de morderse las uñas que la sensación de placer posterior. Hay trabajos que indican una mayor prevalencia de ansiedad y trastornos de conducta entre las personas que se muerden las uñas", remarca.

De hecho, es tan adictivo para algunas personas que incluso se comen la piel que rodea las uñas. Navarro señala en este sentido que la onicofagia es una conducta "repetitiva, recurrente y persistente" para la que es "difícil e incluso a veces imposible" ejercer un control voluntario sobre ella.

"Las personas que se muerden las uñas presentan unos rasgos variables de carácter, desde personas normales sanas que ocasionalmente se muerden las uñas a aquellas que presentan algún trastorno neuropsiquiátrico que les hace dañar la uña y la piel que la rodea regularmente. La succión del dedo y la onicofagia son consideradas como una dificultad en la evolución de la fase oral del desarrollo psicológico del niño", añade la miembro de la AEDV.

A la hora de superar esta adicción, la dermatóloga recomienda diferentes pautas, como por ejemplo, la aplicación de productos sobre la uña y en la zona periungueal, que éstas tengan un sabor amargo para evitar el contacto con la boca por el gusto desagradable. "El vendaje de los dedos con esparadrapo actuaría de barrera y obstaculizaría el acceso a morderse las uñas. Se ha propuesto el tratamiento con N-acetilcisteína a altas dosis y psicofármacos. En ocasiones se utilizan tratamientos conductuales que modifican el comportamiento ante determinadas situaciones", sentencia Navarro.

Diez consejos para dejar de hacerlo

Si eres de los que no puede evitar morderse las uñas, aquí tienes diez consejos para tratar de dejar atrás este hábito, según psicologiaymente.com:

1. Autocontrol: es lo más recomendable, pero no siempre es posible. Por eso, se recomiendan ejercicios como este: Acerca un dedo hacia tu boca, detente cuando esté a cinco centímetros de tus labios. Aléjalo. Repite varias veces esta acción disminuyendo cada vez más la distancia.

2. Usa guantes: son especialmente eficaces en invierno.

3. Mastica chicle: es muy eficaz, al mismo tiempo que refrescas tu aliento.

4. Mastica regaliz: muy recomendable para los momentos de ansiedad, es muy beneficioso llevarlo siempre consigo para esos momentos de gran estrés.

5. Utiliza aloe vera: aplícalo en las uñas después de un día en la nevera. Su sabor es muy amargo y desagradable y te quitará las ganas de morderte las uñas. Además, el aloe vera tiene propiedades antibacterianas y cicatrizantes, por lo que es ideal para evitar infecciones y acelerar el proceso de regeneración de las uñas.

6. Ponte tiritas: utilízalas sobre las uñas durante un mes. Así podrán creer sanas y lustrosas.

7. Practica una afición: esto te permitirá pensar en otra cosa y no pensar en morderte las uñas. Son muy recomendables las aficiones que te permiten tener ocupadas las manos, especialmente aquellas en las que las mantienes sucias, como hacer cerámica o pintar.

8. Ser consciente del problema: detecta las situaciones en la que te muerdes las uñas: si algo te ha generado inseguridad o lo que te produce estrés.

9. Ponerse uñas postizas: es la solución más cara de todas pero es muy eficaz. Se trata de cubrir tus uñas con otras sintéticas como las acrílicas. Evitará que dañes tus propias uñas a la vez que permites su crecimiento.

10. Felicítate por tus avances: esto te motivará a seguir perseverando.