Anna Schroeder tenía solo 15 años cuando en el mes de julio del verano pasado asesinó a su propia madre en su casa en Morrison (Illinois) de un tiro en la cabeza. Para ocultar las pruebas del delito, la joven prendió fuego a su residencia.
El motivo por el que cometió tal crimen se debe, según declaraciones por la acusada y recogidas por Sauk Valley, porque tenía miedo de que su madre, Peggy Schroeder, no aprobara su relación con otra chica, Rachel Helm (16 años).
La jueza del Condado de Whiteside Trish Joyce ha calificado el suceso como un acto "atroz" por la naturaleza del crimen, la planificación de este y por el tratamiento del cuerpo de la víctima al ser quemada. Además, Joyce destaca la falta de remordimiento de la presunta asesina ante los hechos cometidos.
"No he disfrutado en absoluto al tomar esta decisión", ha declarado en referencia a la medida aceptada por el fiscal estatal de elevar el caso a la corte de adultos.
Schroeder podría enfrentarse a entre 20 y 60 años de prisión sin libertad condicional o reducción de condena. Además de una pena adicional de 3 a 7 años por incendio provocado, y de 2 a 5 años por tratar de ocultar el crimen.
De otra forma, la joven podría permanecer en un centro de menores hasta cumplir los 21 años de edad o hasta que la Justicia determine si está rehabilitada para poder quedar en libertad.
Asimismo, Helm, la pareja de la acusada, se encuentra detenida bajo una fianza de 250.000 dólares por cómplice de asesinato (incendio provocado y ocultación del crimen).