Sánchez sigue pidiendo a PP y Ciudadanos que sean responsables y se abstengan para evitar que el independentismo tenga esa capacidad de decisión en el Parlamento.
Por su parte, Ciudadanos no ha tenido su mejor semana. La investidura de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona terminó con la ruptura entre los de Rivera y Manuel Valls. El ex primer ministro galo se quedó con dos concejales tras el abandono, además, del independiente Celestino Corbacho.
Este distanciamiento surge a partir de los vínculos de Ciudadanos y VOX en el complejo entramado de pactos municipales y autonómicos, vínculos que Rivera y los suyos insisten en negar, llegando a decir que su política de acuerdos contaba con el visto bueno del propio Manuel Macron.
Desde el Elíseo se han encargado de desmentir esta noticia: "El presidente francés no ha felicitado a Ciudadanos por sus pactos, ni de cerca ni de lejos", aseguró un asesor del presidente francés. Antes de abandonar Bruselas, Rivera recibió el enésimo mensaje de Sánchez pidiendo su abstención en la investidura.
Ese mismo día, Mariano Rajoy, el ex presidente del Gobierno y ex lider del PP, apostaba por un gobierno estable con PSOE y Ciudadanos; juntos suman hasta alcanzar la mayoría absoluta.
PP y Ciudadanos rechazan la abstención, mientras el PSOE se inclina por la vía de los independentistas. Para evitarlo, Casado ofrece los votos de Navarra SUMA (UPN, PP y Ciudadanos). Eso sí, si finalmente permite un gobierno autonómico de la coalición de derechas como así hizo en el Ayuntamiento de Pamplona.
De momento, los socialistas navarros entregaron a los nacionalistas de Geroa Bai la presidencia del Parlamento foral, y Bildú logró una de las secretarías de la Mesa.