En un comunicado, el ministro ha recordado que los reiterados llamamientos "a los manifestantes para que detuvieran las actividades ilegales" han resultado infructuosos ya que en la actualidad se está atacando a la Policía "con armamento de guerra". Así, ha precisado que hay trece agentes muertos y 130 heridos de bala.
"Consideramos estas acciones como una clara agresión por parte de extremistas que están tratando de pasar la responsabilidad a las fuerzas del orden", ha subrayado el ministro, que ha responsabilizado en último término a los líderes opositores de lo que está ocurriendo ya que aunque "aseguran no tener relación con los radicales" les "están incitando a atacar".
Por todo ello, y después de que la tregua acordada anoche entre el Gobierno y la oposición no haya sido respetada, "he firmado una orden y la Policía recibirá armas de combate, que serán usadas de acuerdo con la ley", ha anunciado, defendiendo la "tolerancia y la contención" con la que los agentes han actuado hasta ahora.
En concreto, podrán usarlas para proteger a civiles de ataques que pongan en peligro sus vidas y para liberar a rehenes; para repeler ataques contra un agente o miembro de su familia si su vida está en peligro; y para repeler ataques contra edificios oficiales y otras instalaciones y liberarlos en caso de que sean ocupados.
Por último, el ministro ha pedido a "los extremistas que entreguen voluntariamente sus armas y vuelvan a las protestas pacíficas" y ha instado a los líderes opositores a "desvincularse de los radicales y no seguirles apoyando".