Europa estalla y manda "¡A la mierda!" a Matteo Salvini

Noticias Cuatro 14/09/2018 18:50

Matteo Salvini, ministro de Interior de Italia, lleva tensando la cuerda durante meses, plantando cara a Europa con su política de puertas cerradas en materia de migración. “Yo prefiero una Italia para los italianos”, ha insistido ante todos los presentes en la reunión informal celebrada en Viena, Austria, entre los titulares de Interior, para tratar este asunto.

El líder de la Liga no cede a la voluntad de la Unión Europea de abordar en conjunto y entre todos el problema de la migración, repartiéndose entre los distintos países la llegada masiva de inmigrantes, o como Salvini les llamó públicamente al hilo de la polémica al cerrar sus puertos al Aquarius: “carne humana”.

En su intervención, el dueño de la cartera de Interior italiana ha terminado por exasperar al ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, que no ha podido evitar interrumpirle para terminar mandándole, literalmente y ante todos los presentes, “¡A la mierda!”.

Todo comenzó cuando Salvini hacía mención directa a Luxemburgo:

“A lo mejor en Luxemburgo hay esta exigencia… En Italia sentimos la exigencia de ayudar a nuestros hijos a hacer otros hijos, y no tener esclavos para cubrir a los hijos que no tenemos”, ha dicho sin reparos, para continuar: “En Luxemburgo tenéis ese punto de vista que no es el mío. Si en Luxemburgo necesitáis nueva inmigración yo prefiero una Italia para los italianos”.

Y ha sido entonces cuando Asselborn ha estallado: “En Luxemburgo, querido señor, tuvimos decenas de miles de italianos que vinieron a trabajar como inmigrantes, porque en Italia no teníais dinero para vuestros hijos. ¡A la mierda!”, ha sentenciado, protagonizando un episodio que ha recordado al famoso ‘¿Por qué no te callas?’ del rey emérito, Juan Carlos I, el 10 de noviembre de 2007, refiriéndose al entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, en Santiago de Chile. En aquella ocasión, Chávez interrumpía de forma reiterada el discurso de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno de España, haciendo referencia al también expresidente español, Jose María Aznar, al que calificó de "fascista".