"Yo le digo que no se conforme con la primera persona que encuentre porque podría ser un encanto, pero probablemente no será el hombre con el que se casará", ha explicado Pratt. También le aconseja a la pequeña Georgina que no se asiente demasiado pronto porque debe conocer el mundo antes, “como hicimos su madre y yo”, porque te “hace más sabio”.
Pratt también le explica en sus vídeos que deberán romperle el corazón un par de veces y que cuando llegue la persona perfecta, su corazón lo sabrá. “No me importa quién sea o a qué se dedique pero debe ser la persona adecuada”.
Georgina tiene solo tres años y durante una década no necesitará estos consejos de su padre, pero Pratt no tiene tanto tiempo. Tiene una enfermedad neuronal que hace estragos en su sistema nerviosos y los años le han dado, como mucho, un año de vida.
“Mi mayor miedo cuando me diagnosticaron”, explica Pratt al diario Daily Mail, fue que mi hija no me recordara. “La enfermedad me hará perder el habla y si duro diez años, cosa poco probable, no podré comunicarme”, señala. “Se me ocurrió que no tenía apenas recuerdos de mi padre y no quería que a mi hija le pase lo mismo”.