El fallecimiento del príncipe Friso, de 44 años de edad, ha sido consecuencia de los daños cerebrales ocasionados por la pérdida de oxígeno que sufrió el 17 de febrero de 2012 en el accidente de esquí que tuvo en la localidad austriaca de Lech, en donde quedó sepultado por una avalancha de nieve durante 25 minutos y fue rescatado ya inconsciente.
Tras haber estado ingresado en una unidad de cuidados intensivos de un hospital de Innsbruck, el príncipe Friso fue trasladado en marzo de 2012 a Londres. Desde noviembre del pasado año, Friso había mostrado indicios de "mínima consciencia", un estado en el que permaneció desde entonces sin cambios. En julio de 2013 fue trasladado al Palacio Real en La Haya, donde ha fallecido.
El ministro de Asuntos Exteriores belga, Didier Reynders, ha manifestado sus condolencias por la muerte del príncipe Friso, en un mensaje publicado en su cuenta oficial de la red social Twitter.