Mañana, 9 de mayo de 2022, todas las miradas estarán puestas en Moscú. Hay máxima expectación ante la conmemoración del día de la victoria rusa sobre el ejército nazi. Se espera que, tras gran el desfile militar, Putin haga algún anuncio o mensaje que podría marcar un punto de inflexión . ¿Declarará oficialmente la guerra? ¿Anunciará la anexión de los territorios ocupados?
10.000 soldados, carros de combate, misiles balísticos, exhibición de la fuerza aérea formando la zeta, y entre toda la propaganda, podría sobrevolar sobre la plaza roja el conocido como avión del juicio final, el que protegería al presidente ruso en caso de ataque nuclear. Poderío que contrasta con la realidad: el ejército ruso se ha estrellado en Ucrania, Putin solo puede vender una victoria táctica, la de Mariúpol.
Stalin presidió el primer desfile de la victoria en el 1945, 20 años después lo recuperó Breznev, tras la caída de la Unión Soviética, donde volvió a celebrarse con Boris Yeltsin, después Putin lo convirtió en fundamental para la identidad rusa. Este año sin líderes internacionales, castigado por occidente con las mayores sanciones, pero con su poder intacto, de momento.
La guerra ha permitido a Putin hacer su régimen aún más autoritario. Muchos esperan que mañana cante victoria sea cual sea la verdad.