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Podemos ha celebrado hoy en Madrid su consejo ciudadano, solo un día antes de que Yolanda Díaz presente oficialmente su plataforma SUMAR de cara a las elecciones generales. Ya parece definitivo que Podemos no estará en ese acto salvo acuerdo de última hora.
Por su parte, Yolanda Díaz ya ha dicho que no quiere acceder bajo presión a esa exigencia antes del acto de mañana. Esta ruptura se veía venir tras meses de distanciamiento entre Yolanda Díaz y la cúpula de Podemos sobre aspectos fundamentales de SUMAR, por ejemplo el protagonismo de Podemos y las listas.
La líder de Podemos, Ione Belarra, ha pedido a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, firmar esta misma tarde una declaración conjunta para desplegar una primarias abiertas, pues está en "su mano" que así puedan acudir mañana al acto de lanzamiento de su candidatura.
También ha considerado legítimo que algunas personas, incluso dentro del arco progresista, piensen que Podemos debe tener en el futuro un "rol secundario" a la izquierda del PSOE, pero ella está convencida de que su formación es "imprescindible" para revalidar el Gobierno de coalición y el motor para seguir impulsando políticas valientes.
El divorcio televisado que vemos hoy entre Yolanda Díaz y Podemos empezó con un flechazo político. La historia arranca hace casi 20 años, cuando Yolanda Díaz contrata a Pablo Iglesias como asesor en Galicia. Se entendían bien y muchos años después, Pablo Iglesias la propuso como ministra de Trabajo. El máximo de su conexión llegó cuando Pablo Iglesias se marchó del Gobierno y nombró como sucesora a Yolanda Díaz sin consultarle.
Al final, la ministra de Trabajo aceptó pero anunció que creará su propia plataforma y fue el momento en el que Pablo Iglesias se enfadó. Por eso, para participar en SUMAR, Podemos exige sus condiciones.
Dentro de SUMAR se barajan otras opciones, como que cada partido haga sus propias primarias y después se negocien los puestos. Yolanda Díaz no quiere decidirlo ahora.
Por su parte, la líder actual de Podemos, Ioen Belarra, habla del desencuentro con cautela. No obstante, es su predecesor quién explica lo que sospechan: temen que Yolanda Díaz esté esperando a que ellos se estrellen en las elecciones autonómicas y municipales. La reconciliación parece complicada. Un divorcio entre estos dos viejos conocidos que podría ser mortal para el futuro de la izquierda.