Eduardo Zaplana, exministro de Trabajo, ha pasado su primera noche en los calabozos de la comandancia de la Guardia civil de Valencia y en las próximas horas pasará a disposición judicial.
Anoche, a las diez y cuarto, quien fue presidente de la Generalitat valenciana y ministro de José María Aznar, era conducido a las dependencias policiales tras el registro de su propiedad en la localidad alicantina de Benidorm. Zaplana, detenido por la mañana en la puerta de su casa de Valencia, está acusado presuntamente de blanqueo de capitales, desvío de fondos y malversación de caudales públicos.
En el registro de su casa de Benidorm han buscado más pruebas. Los investigadores creen que, presuntamente, ha aflorado diez millones y medio de euros presuntamente procedentes de comisiones ilegales de su época como presidente de la Generalitat, que se llevó a paraísos fiscales. Las sospechas caen sobre dos concesiones: Una la privatización de las ITV en favor de Juan Francisco García, el que fue su hombre de confianza y expresidente del Estudiantes.
La otra, la concesión de parques eólicos, entre otros a, Vicente Cotino, sobrino del expresidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino.
Juan Cotino, la esposa de Zaplana, y su secretaria personal ya han sido citados como imputados este jueves en el juzgado encargado de la investigación. En la operación, ordenada por el Juzgado número 8 de Valencia y la Fiscalía Anticorrupción, hay otros siete detenidos.