En términos interanuales, la economía japonesa experimentó en el tercer trimestre del año un 0,8% anualizado.
Esta nueva contracción del PIB de Japón se explica en parte por el deterioro de la demanda privada, que bajó un 0,5% en el trimestre, frente al retroceso del 0,2% del trimestre precedente.
No obstante, el consumo privado, responsable del 60% de la economía japonesa, registró una mejora del 0,5%, después de caer seis décimas entre abril y junio. En comparación con el tercer trimestre de 2014, el dato repuntó un 2,1%.
Por su parte, la inversión pública experimentó en el tercer trimestre un retroceso trimestral de tres décimas, mientras que en términos interanuales disminuyó un 1,3%.
El debilitamiento de la economía japonesa añade presión sobre el Banco de Japón de cara a un refuerzo de su estrategia de expansión cuantitativa y cualitativa en el marco del plan de estímulos del Gobierno conocido popularmente como 'Abenomics'.