Muy parecidos a la Tierra: ¿Son habitables los exoplanetas Kepler-62f y Kepler-186f?

Noticias Cuatro 30/06/2018 12:35

Según el estudio publicado en Astronomical Journal, Kepler-62f es el planeta más externo de los cinco exoplanetas que orbitan alrededor de una estrella, Kepler-62, que se encuentra aproximadamente a 1.200 años luz de distancia en dirección a la constelación de Lyra. El planeta orbita su estrella anfitriona cada 267 días, es 1,4 veces más grande que la Tierra y es probable que sea un mundo terrestre o cubierto de océanos. Kepler-62f era el exoplaneta más parecido a la Tierra hasta que los astrónomos descubrieron Kepler-186f en 2014.

Kepler-186f forma parte de un sistema de cinco planetas. Es aproximadamente 1,17 veces el radio de la Tierra, pero su masa, composición y densidad siguen siendo un misterio. Orbita alrededor de Kepler-186, una estrella enana de tipo M1 ubicada en la constelación de Cygnus, a unos 492 años luz de distancia, una vez cada 130 días, informa SCI News.

El brillo de la estrella al mediodía desde Kepler-186f es tan brillante como el Sol justo antes del atardecer aquí en la Tierra.

"Nuestro estudio es uno de los primeros en investigar la estabilidad climática de los exoplanetas y se suma a la creciente comprensión de estos mundos cercanos potencialmente habitables", ha indicado el doctor Gongjie Li, del Instituto de Tecnología de Georgia y del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.

El doctor Li y su colega, Yutong Shan, usaron simulaciones para analizar e identificar la dinámica del eje de giro de los exoplanetas. Esas dinámicas determinan cuánto se inclina un planeta sobre su eje y cómo ese ángulo de inclinación evoluciona con el tiempo. La inclinación axial contribuye a las estaciones y al clima porque afecta a cómo la luz solar golpea la superficie del planeta.

Los investigadores sugieren que la inclinación axial de Kepler-186f es muy estable, al igual que la Tierra, lo que hace probable que tenga temporadas regulares y un clima estable. Piensan que lo mismo es cierto para Kepler-62f.

"¿Cómo de importante es la inclinación axial para el clima? La gran variabilidad en la inclinación axial podría ser una razón clave por la que Marte se transformó de un paisaje acuoso hace miles de millones de años al desierto estéril de hoy en día ", explicaron los científicos.

"Marte está en la zona habitable de nuestro Sistema Solar, pero su inclinación axial ha sido muy inestable, variando de cero a 60 grados", indica el doctor Li. "Esa inestabilidad probablemente contribuyó a la descomposición de la atmósfera marciana y la evaporación del agua superficial", añade.

A modo de comparación, la inclinación axial de la Tierra oscila más suavemente, entre 22.1 y 24.5 grados, yendo de un extremo al otro cada 10.000 años aproximadamente. "Se puede hacer que el ángulo de orientación de la órbita de un planeta alrededor de su estrella anfitriona oscile por interacción gravitatoria con otros planetas en el mismo sistema", indicaron los astrónomos.

"Si la órbita oscilara a la misma velocidad que la precesión del eje de rotación del planeta, el eje de rotación también se tambalearía hacia adelante y hacia atrás, a veces dramáticamente", apuntan.

"Marte y la Tierra interactúan entre sí, como pasa con Mercurio y Venus. Como resultado, por sí mismos, sus ejes de rotación cambiarían con la misma velocidad que la oscilación orbital, lo que puede causar grandes variaciones en su inclinación axial".

"Afortunadamente, la Luna mantiene las variaciones de la Tierra bajo control. La Luna aumenta la tasa de precisión del eje de rotación de nuestro planeta y la hace diferente de la tasa de oscilación orbital. Marte, por otro lado, no tiene un satélite lo suficientemente grande como para estabilizar su inclinación axial".

"Parece que ambos exoplanetas son muy diferentes de Marte y la Tierra porque tienen una conexión más débil con sus planetas hermanos", observa Li.

"No sabemos si poseen lunas, pero nuestros cálculos muestran que, incluso sin satélites, los ejes de rotación de Kepler-186f y Kepler-62f se habrían mantenido constantes durante decenas de millones de años", señalan.

"No creo que comprendamos lo suficiente el origen de la vida para descartar la posibilidad de su presencia en planetas con temporadas irregulares", indica Shan.

"Incluso en la Tierra, la vida es notablemente diversa y ha demostrado una increíble capacidad de recuperación en entornos extraordinariamente hostiles, pero un planeta climáticamente estable podría ser un lugar más cómodo para comenzar", vaticinan.