La policía del aeropuerto del Prat de Barcelona nunca se había encontrado con un caso como éste. Debajo de esa gorra y de ese peluquín, este hombre –cuya identidad permanece en el anonimato – pretendía esconder un fajo de cocaína del tamaño de un puño cerrado. Lógicamente, ha sido interceptado y podría enfrentase a 5 años de cárcel.