Gregorio Guerrero nos ha contado cómo el impuesto de sucesiones de Andalucía le ha arruinado la vida. Su calvario, no sólo personal, sino también económico, comenzó con la muerte de su madre. Cuando estaba tramitando esa herencia, murieron también dos de sus hermanos y la Junta de Andalucía sobrevaloró sus bienes, por lo que le exigieron una cantidad que jamás podría pagar.