Corría el año 1583 cuando en el pueblo de Planas D'hostoles en la provincia de Girona apareció un huraño y misterioso personaje, se llamaba Pere Torrent. Un nombre que era pronunciado con temor reverenciar por los vecinos que cerraban puertas y postigos cada vez que lo veían en compañía de unos feroces lobos que formaban su extraño séquito.

