Un biólogo poco agraciado: el hombre que inspiró la creación del archiconocido nombre de 'James Bond'

  • Ian Fleming se inspiró en el espía serbio real Dusko Popov para la creación del personaje del agente 007

  • El famoso agente Bond es un compendio de personajes reales que Ian Fleming agrupó en el más famoso de los espías

  • Carmen Posadas nos cuenta todo lo que aún no sabemos sobre los servicios secretos

Una semana más, Carmen Posadas ha vuelto a visitar la nave del misterio para contarnos todo aquello que nunca nos contaron… de los servicios secretos. Concretamente, la escritora nos ha ilustrado sobre los servicios secretos británicos, una red de espías especializada que nació con Mansfield Cumming como primer director de los Servicios Secretos de Inteligencia (SIS).

Era el propio Cumming quien se encargaba de entrevistar a los posibles agentes poniéndoles al límite y comprobando en duras reuniones hasta dónde aguantaban la presión. La letra ‘C’ de Cumming continúa hoy apareciendo al final de los escritos del servicio.

Una de las preocupaciones de Cumming no era otra que dar con la sustancia sensible con la que escribir para no ser visto, una tinta invisible que les ayudase a transmitir sus mensajes. Fue el propio Cumming quien aconsejó a sus agentes escribir con su propio semen.

El mundo del espionaje y de la literatura siempre han ido muy de la mano. El novelista que creó a James Bond se inspiró en un espía real llamado Dusko Popov, un serbio que hablaba a la perfección francés, inglés y alemán que siempre iba acompañado al menos de tres mujeres, un amante de los coches rápidos y muy apuesto y triunfador entre el mundo femenino.

Sin embargo, el archiconocido nombre no tenía tanto glamour como la historia que guardaba detrás. Ian Fleming conoció en Jamaica, lugar donde se retiraba a escribir, a un pacífico biólogo que se dedicaba a clasificar plantas y que sin saberlo sirvió de inspiración para uno de los nombres más conocidos de todos los tiempos: Bond, James Bond.