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Algo extraordinario está sucediendo en un punto rojizo a 230 millones de kilómetros de la Tierra. Durante el mes de febrero y tras casi siete meses de viaje por el cosmos, tres misiones terrícolas se han lanzado a la conquista de Marte, alcanzando con éxito su objetivo.
La primera en llegar fue la sonda ‘Hope’ de Emiratos Árabes, un país que ha demostrado así sus creciente capacidades en el campo de la exploración espacial. Su misión consiste en investigar a fondo el clima y la atmósfera del planeta rojo durante el equivalente a dos años terrestres.
La sonda china Tianwen-1, que se situó en la órbita marciana el pasado 10 de febrero, no solo estudiará Marte desde las alturas, si no que también tiene entre sus planes el despliegue de un módulo de aterrizaje y un pequeño rover para explorar su superficie.
Apenas una semana después, la misión ‘Perseverance’, de la NASA, el vehículo robot más grande y con instrumentos más sofisticados jamás enviado a Marte, aterrizó con éxito para buscar pruebas de vida microbiana pasada en un cráter que según los científicos podría haber estado lleno de agua hace 3500 millones de años.
Precisamente en la misión de la NASA, en el rover ‘Perseverance’, han jugado un importante papel los científicos españoles. Tal y como nos explica Miguel Ángel Carrera, CEO de Added Value Solutions, en el rover de la misión hay siete instrumentos de los cuales España ha participado en la creación de dos: en el instrumento MEDA y en el instrumento SUPERCAM.
MEDA está completamente creado por ingeniería española y servirá para medir con mayor precisión el viento del planeta rojo. SUPERCAM por su parte está creado en colaboración con otros países, pero además, ADS ha sido seleccionado para la siguiente misión a Marte, concretamente para crear la mano robótica encargada de coger las muestras que el ‘Perseverance’ va a recoger del planeta y llevarlas a la Tierra para ser analizadas con mayor detalle.
Pero, ¿cuáles son los verdaderos motivos para llegar hasta el planeta vecino? ¿Es realmente un intento innato del ser humano por explorar lo desconocido o existe una intención oculta? El coronel Pedro Baños nos ha hablado en varias ocasiones de que, lo que ahora es una guerra por el espacio terminará convirtiéndose en una guerra en el espacio.
Según nuestros expertos, llegará el día en el que se colonice el espacio con dos intenciones: explotar los recursos minerales del universo hasta ahora desconocido y dominar el territorio militarmente como hasta ahora se ha venido haciendo en el planeta Tierra.
Para Francisco Anguita, geólogo experto en vulcanismo y planetología, en esta persecución “desesperada” de la vida en Marte está pudiendo más el deseo de encontrar vida en el planeta rojo que el hecho de investigar el planeta: “La vida es un proceso que no conocemos todavía, ¿cómo podemos aseverar de esta forma que exista vida en el planeta vecino? Es como si te tocara la lotería dos veces seguidas, una probabilidad remotísima. Deberíamos olvidarnos un poco de Marte y buscar vida en otros planetas más lejanos pero con condiciones similares a las de la Tierra”.
Sin embargo, Anguita está convencido de que hubo vida en los inicios de Marte, hace alrededor de 3500 millones de años, puesto que el planeta era muy parecido al nuestro. Para nuestro experto, la vida en Marte a día de hoy sería un auténtico infierno: “Marte es un sitio horroroso para vivir, la idea de extraer por ejemplo metales preciosos de Marte es ciencia ficción pura”.
A todo esto habría que sumarle las estrategias geopolíticas que las distintas naciones están llevando a cabo, como el sorprendente secretismo de los investigadores chinos o la gran teatralización de los Estados Unidos: “No estamos actuando como planeta, al unísono, si no por grupos, lo que demuestra más aún la teoría de la guerra en el espacio”, asegura Pedro Baños.