Elena de Ugarte Villegas
La muerte está rodeada de infinitas incógnitas y misterios que nadie, hasta ahora, ha sido es capaz de responder. En Cuarto Milenio, los colaboradores e invitados han hablado mucho entorno a la muerte, experiencias cercanas, encuentros con familiares fallecidos, pero esta vez, lo que viene es una novedad completa, sorprendente, que surgió en el ámbito hospitalario.
Son muchos los testigos que han decidido hablar sobre un tema que nos da vértigo y del que estamos tan lejos, el momento en que la gráfica representa que se para el corazón. Este umbral tan fino entre la vida y la muerte ha dado lugar a una casuística que el equipo de Cuarto Milenio ha decidido investigar.
Según nos comentan enfermeros, familiares y operarios existen personas que parecen poder graduar o controlar el instante en el que dejar de vivir. Enfermos terminales o ancianos agonizantes retrasan su fallecimiento horas e incluso días para esperar a un familiar o para no coincidir con otro paciente del hospital. Algunos otros que practican la religión no se despiden hasta que entregan su alma a los santos y otros adelantan su muerte para no hacer sufrir a los que le quieren.
Nuestros expertos el psicólogo y Doctor en Farmacia Mariano Betes de Toro, el Doctor en Antropología José Luis Cardero y el psicólogo profesor de psicobiología de la Universidad Complutense Manuel, Martín Loeches, intentan dar con las claves de este misterio.
Según Betes Toro, hay gente que necesita tener contacto con la madre tierra para poder morir tranquilos, esta tradición ancestral está relacionada con la religión, pues los creyentes piensan que solo así la Virgen aparecerá para levantar el alma y a liberar el cuerpo de todas las penurias.
José Luis Cardero por su parte aporta sus conocimientos de antropología para mostrar que los ritos perviven, los ritos de tránsito aún se mantienen en lugares tan tradicionales como en Galicia. Según el Doctor necesitamos una confirmación un permiso del grupo social al que pertenece para dar un paso hacia el más allá. “Los hombres del entorno del difunto se dan las manos, hacen un círculo y empiezan a dar vueltas mientras hacen un ruido parecido al de las abejas, lo llaman La danza del abellón
Martín Loeches es el encargado de dar la visión más científica y lógica que se puede a este tema tan ilógico. Desde el punto de vista de la mente, según Loeches, se puede programar la muerte dentro de un margen, unas horas o días. “Yo parto de una base, que todos los científicos aceptan, que no tenemos un sistema nervioso, sino un sistema psiconeuroendocrino, que es un sistema integral interconectado, que da lugar al cuerpo humano. El sistema nervioso tiene el control vital de todos los órganos y sobre él está el control mental”
Según Betes Toro existe además lo que denominan los científicos, la mejoría de la muerte. Consiste en que un enfermo terminal, al borde la muerte, de repente empieza a mejorar de un día para otro sin explicación. Esto tan solo sirve para que la persona pueda tranquilamente despedirse de sus seres queridos, siendo los pacientes conscientes de que al día siguiente fallecerán.
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