Immaturi, el primer fantasma de un niño español: todo sobre la historia real de Augusto

  • Javier Pérez Campos investiga sobre el primer caso documentado de immaturi

  • La palabra 'immaturi' hace referencia a los fantasmas de los niños

  • La historia de Augusto, el niño que falleció y se apareció a sus compañeros

Javier Pérez Campos ha investigado sobre los primeros fantasmas de niños españoles, ha encontrado al primero y lo tiene todo documentado. Pero, antes vamos a analizar qué son los immaturi. Para ello nos remontamos en el siglo VI, en un convento a las afueras de Mérida donde convivían unos monjes junto a niños huérfanos.

Una noche de invierno, uno de los niños internos, Augusto, enfermó repentinamente. Se quedó con los ojos en blanco y, por un instante, su alma pareció abandonar su cuerpo. Entre altas fiebres, dijo saber que estaba al borde de la muerte porque se vio a las puertas del cielo. Falleció horas después.

El resto de niños no sabía nada de lo sucedido. Por eso, cuando uno de ellos escuchó a Augusto llamarle, no se sorprendió. Guiado por su lamento agónico, el niño le siguió hasta las afueras del convento y le vio bañado por la luz de la luna. Supo entonces que no estaba viendo a su amigo, sino a un fantasma.

video

La historia documentada de Augusto

Cuenta Javier Pérez Campos que, cuando nacen sus dos hijos, la cosa se complica y pasan un mes en la UCI neonatal. Allí escucharon historias durísimas contadas por otros padres con los que coincidieron y, durante su baja parental, lee, de manera casual, aparece la historia de Augusto. Es entonces cuando se mete de lleno a investigar sobre las apariciones de niños desde la antigüedad.

“Quizás el fantasma de un niño nos aterra porque vemos reflejado lo más antinatural que puede ocurrir y porque vemos reflejada nuestra fugacidad. Si muere un niño, ¿por qué no vamos a morir nosotros?”, reflexiona Pérez Campos al respecto. La cuestión es que, el caso de Augusto, es el primer fantasma de un niño documentado que existe.

Al parecer, hubo varios testigos de la aparición de Augusto y, lo más probable, es que se apareciera “para decir dónde estaba su cadáver y que le den un entierro digno”. Javier investigó si era un relato más o una historia de verdad y pudo darle veracidad a todas estas historias.