Los hermanos de Granada que desafiaron las leyes de la física: "Estaban obsesionados con evitar los accidentes de tráfico"

  • Jesús y Francisco Pérez Páez idearon un sistema de frenado que sorprendió a los jueces de un evento de inventores

  • Los hermanos patentaron el ‘súper freno’: “Al crear el artilugio nos falta una pieza”

  • Hablamos con Carmen Montserrat, la hija de uno de los hermanos: “Estaba completamente obsesionado”

En los años sesenta del pasado siglo dos hermanos de Motril, en Granada, se empeñaron en buscar una solución para tantas muertes provocadas por accidentes de tráfico. Autodidactas, abnegados y altruistas, Jesús y Francisco Pérez Páez protagonizaron una auténtica odisea que les llevó hasta el imponente salón de inventores de Bruselas en 1970, donde ganaron la medalla de plata. Allí pudieron demostrar ante los boquiabiertos jueces su increíble invención: el súper freno.

“Un día estábamos en el comedor de casa viendo las noticias y vimos que un autobús lleno de niños había caído por un barranco con el resultado de todos ellos muertos, mi padre dio un golpe en la mesa y dijo que tenía que lograr inventar algo que parase los accidentes de tráfico, y ese fue todo su afán durante años”, explica Carmen Montserrat Pérez Merino, hija del inventor Jesús Pérez Páez.

Tras muchos intentos fallidos y pruebas en las que ellos mismos eran los conejillos de indias, los hermanos Pérez Páez consiguieron crear el patentado como ‘súper freno’, un artilugio que lograba, como después quedaría demostrado, disminuir el número de accidentes de tráfico.

Tanto Jesús como Francisco sufrieron decenas de accidentes de tráfico probando su artilugio hasta dar finalmente con el aparato perfecto. Juntos, presentaron el invento en una feria internacional donde no daban crédito a lo que veían: “Provocaron un accidente con los jueces dentro del coche para que viesen en primera persona cómo funcionaba su súper freno”.