Hay ciudades y pueblos que quedan marcados para siempre por los sucesos que ocurren en ellos. Ese es el caso de Casas Viejas, en Cádiz, que vivió unos episodios en 1993 que aún no han logrado olvidarse.
El hambre y la miseria en el campo hizo que algunos vecinos de Casas Viejas decidieran tomar las armas aquel año. Las promesas de mejoras con la Reforma Agraria de la II República no llegaban, por lo que emplearon la fuerza.
Se inició así una revuelta en la que los campesinos se enfrentaron con la Guardia Civil, resultando dos muertos de aquella trifulca. Después de aquello, los asaltantes huyeron y los agentes acudieron en su búsqueda.
El capitán Rojas y su equipo buscaron los revolucionarios por todo el pueblo y llegaron hasta la casa de los Seisdedos, donde iniciaron un tiroteo. Al ver la resistencia de la familia, los cuerpos de seguridad decidieron ir un paso más allá y decidieron quemar la casona.
En aquella revuelta de Casas Viejas fueron 28 los fallecidos. Un suceso que marcó esa localidad de Cádiz para siempre.