Semana Santa es el periodo del año con más tráfico en nuestras carreteras. Vacaciones, un viaje de ida y otro de vuelta. Hace un año 39 personas murieron en la carretera durante estos días. Las estadísticas dicen que bebemos menos, que corremos menos y que nos distraemos menos.
En España el año pasado 1470 personas dejaron la vida sobre el asfalto. El alcohol sigue estando presente en uno de cada tres accidentes mortales. Cada día, la guardia Urbana de Barcelona atiende diez accidentes de moto.
En 2011 fallecieron 267 motoristas en la carretera. Barcelona es la ciudad europea con más motos, uno de cada tres vehículos tiene dos ruedas. El grupo de atestados de la guardia urbana atiende cada día unos diez accidentes de moto
Pero para sufrir un accidente de tráfico no hace falta viajar en el interior de un coche o conducir una moto, cada año son atropellados más de 10.000 peatones.
En siete de cada diez atropellos es el peatón el que tiene la culpa. Si hay un lugar donde el peatón es un objetivo fácil ese es Galicia. Andar por carreteras con muchas curvas y donde no hay arcén es una práctica habitual y es obligatorio el uso del chaleco reflectante.
Padres que perdieron a sus hijos por culpa de conductores borrachos y jóvenes que presumen de conducir bajos los efectos de alcohol y las drogas. Una macabra combinación.
Hablar por el móvil, manipular un sistema de navegación, encender un cigarro o simplemente el cansancio, el estres o los efectos de un medicamento pueden provocar que perdamos la atención y que suframos un accidente espectacular.
Crisis. La gasolina sube, el nivel de tráfico es menor el mismo que en el 2005 pero seguimos corriendo demasiado. Los radares móviles no son detectables por los sistemas de navegación y los radares fijos, colocados en lugares estratégicos hacen una fotografía y se la envían al conductor.
Una de cada cinco personas que muere dentro de un coche no lleva los cinturones de seguridad. Muchas de las personas parapléjicas tampoco lo llevaban puesto y lo podían haber evitado, aunque, al menos, pueden contarlo.
Cuando en un accidente de tráfico hay víctimas mortales, la policía vuelve al lugar de los hechos días después para encontrar al culpable. Toman las huellas y recrean el escenario mediante un ordenador.