Sophie Power se ha convertido en la Super Mamá de los trailrunning. La madre de 36 años, corrió los 170 kilómetros y 10.000 metros de desnivel positivo de la prueba de railtrunning más importante del planeta, la Ultra-Trail de Mont-Blanc (UTMB) tres meses después de dar a luz. Una prueba alrededor de la mítica cima de la montaña de los Alpes, y que recorre tres países (Francia, Suiza e Italia).
Power, que ya perdió el dorsal en el año 2014 tras quedarse embarazada de su primer hijo, no renunció a correr la carrera tres meses después de dar a luz y sin dejar de dar el pecho a su hijo. Durante las paradas en los puntos de avituallamiento y socorro, la atleta se concentraba en su alimentación y en la de su hijo utilizando una bomba como soporte.
El objetivo de Sophie, al igual que el de los otros 2500 participantes, era el de terminar la carrera sin importar el puesto. Pero además, Power ha buscado dar visibilidad al problema que tienen las madres en esta carrera, después de que tras su primer embarazo no le guardaran durante un año el dorsal de la prueba. "Espero que cambie la regla, como han hecho otras carreras, para otras mujeres en el futuro; estamos tan poco representadas en el ultra running, un 10% en el UTMB, que necesitamos apoyo para aumentar esto", declaró.
Una historia que se ha vuelto viral en las redes sociales gracias a una imagen que dio la vuelta al mundo. En la instantánea se puede ver a Sophie Power durante uno de los puntos de avituallamiento, amamantando a su hijo y justo al lado, un participante totalmente derrotado tras la etapa. Una auténtica Super Mamá.