Antonio, o Antxón, será uno de los más críticos. En un principio, se presentará como miembro de una hermandad vikinga que, entre otros valores, defiende la sinceridad y la honestidad. Sin embargo, este cocinero de barba hípster desconoce por completo estos dos conceptos y se convertirá en el azote de sus compañeros durante toda la semana. Cuando llegue el momento de hablar frente a la cámara, comenzará a repartir hachazos sin piedad entre el resto de los concursantes.
Para contrarrestar su ‘malrollismo’, Paco, dueño de un tablao flamenco, aterrizará en ‘Ven a Cenar Conmigo’ más contento que unas castañuelas. Alternará su faceta profesional con su personalidad picantona, sobre todo cuando sus compañeros descubran que, antes de dedicarse a la cocina, era un icono del mundo de la noche. Probará sus habilidades como stripper ejecutando una ardiente coreografía capaz de volar por los aires una cocina de gas.
Khris, especializada en la organización de cenas privadas, será la benjamina del grupo. Esta joven cocinera bien podría ser discípula de la mismísima Ágatha Ruiz de la Prada, ya que su obsesión con el color y sus combinaciones no tiene límites. En cada una de sus elaboraciones creará pequeñas obras de arte, demostrando que los emplatados y la estética son su punto fuerte.
Para cuidar de estos agitados cocineros, Patricia y su instinto maternal harán acto de presencia. Su encanto y alto nivel de autoexigencia la convierten en una de las favoritas para alzarse con la victoria. Lo mismo pasa con Eduard, cuyo carácter tranquilo y afable le hará posicionarse como uno de los favoritos.
Por último, el galardonado repostero Paco Torreblanca será el encargado de entregar el ansiado premio final y poner fin, con un toque de dulzura y sofisticación, a la edición más exigente de la historia del programa.