‘Ven a cenar conmigo’ o cómo descubrir en una velada la línea que limita la ironía de la impertinencia
cuatro.com
16/03/201812:51 h.La comunidad vivirá su propia guerra civil con Jose como particular ‘cabecilla’ repartiendo estopa a diestro y siniestro entre el resto de comensales. Una actitud límite que pondrá a prueba la paciencia de los anfitriones, que entre loros, actividades de fitness y fotomatones pelearán con armas más elegantes por llevarse a casa los 3.000 euros de premio.
Óscar, mozo de almacén muy atractivo y dicharachero, ejercerá de primer anfitrión esta semana. Está obsesionado con las patatas bravas (rutas de peregrinación por toda España incluidas) y las salsas, así que toda su cena se articulará en torno a tan delicioso manjar. Algo parecido sucederá con la cena de Pepa, monitora de fitness y que vive por y para su cuerpo. Como entrena a diario, su alimentación es extremadamente sana y su menú se podrá definir con dos expresiones: hiperproteico y nulo en grasas.
Josep, el más discreto del grupo, terminará la semana revelándose contra los clichés establecidos con su persona. Y es que este fotógrafo aficionado a la montaña mostrará un carácter educado (o reservado, según a quién pregunten) que terminará por aparcar momentáneamente cuando la tensión se vuelva insoportable. Y Alejandra, esteticien de profesión y adicta a la belleza exterior de afición, pondrá el toque cándido y tierno de la semana.
Pero Jose… Ay, Jose. La ‘Doña Perfecta’ de esta semana viene dispuesta a encabezar todos los rankings de ‘comentarios impertinentes’ ejecutados hasta la fecha en ‘Ven a cenar conmigo’. Sus palabras se deslizarán con ironía y dulzura, pero no dejarán títere con cabeza en ninguna de las cenas, especialmente durante la sobremesa la velada en casa de Alejandra, a la que terminará sacando de quicio.