50 ‘Ave Marías’ y un pollo de corral en la primera cena maña de ‘Ven a cenar conmigo’

Claudia ha sido la primera comensal de la semana y ha preferido apostar por las recetas estrellas de su familia y no jugársela con cocina de vanguardia. La anfitriona ha comenzado su menú con un ‘Pulpito a la Claudia’, una receta que llevan años preparando su madre y su abuela. Ha querido sorprender el paladar de los comensales con un ‘Pollo a la montaña’ criado en su granja de Pirineos y cerrar su cena con amor, mucho amor y una riquísima ‘Piña al amor’.

Tras degustar el ‘Pulpito a la Claudia’, Lisseth ha querido salir de dudas sobre las tendencias religiosas de la anfitriona y ha ido directa al grano. Claudia les ha explicado que había estado muchos años en un colegio preparándose para ser monja, pero que finalmente cambio de opinión. Una historia que ha hecho encajar todas las piezas, menos la de cómo se reza un rosario. José Ángel ha sacado el rosario que había cogido de la habitación de la anfitriona y le ha pedido a Claudia que les enseñara a rezarlo.

Con todos los ‘Ave María’ rezados, Claudia ha presentado el ‘Pollo a la montaña’ a sus invitados con un poco de miedito porque su sabor no es igual al del pollo tradicional que solemos consumir. A los comensales les ha llamado mucho la atención que fuera un pollo criado por ellos en Pirineos y les ha encantado su sabor. Sin embargo, no han estado muy conformes con la dureza del mismo y con el reparto de las porciones. José no cree que un pollo, por mucho que sea de corral, sea un plato de concurso, pero a Lisseth sí que se lo parece. Eso sí, con un poquito menos de grasa porque ella no es Cindy Crawford, hay que cuidarse un poquito.

Sin demasiada emoción, pero convencida de que la sorpresa que tenía preparada iba a sorprender a sus invitados, Claudia ha dado la bienvenida al grupo musical que había traído para el fin de fiesta. Unos señores con mucho arte que con Tumbaito a la cabeza se han puesto a cantar flamenco en chino.